15/9/17

La imagen de sus captores volviendo en camión al pueblo, paseándose con las bragas y los sujetadores de las muchachas en la punta de los machetes de los fusiles marcaron la memoria de varias generaciones

"En el terreno de la antigua finca El Aguaúcho están a punto de salir a la luz las huellas de un crimen que es la encarnación del mal que arrasó España tras la Guerra Civil

Bajo esta tierra cuarteada yacen los huesos de las cinco niñas, las cinco mocitas, las nuevas, las vírgenes de entre 16 y 22 años a las que, según los testimonios de la tradición oral de Fuentes de Andalucía, a 60 kilómetros al oeste de Sevilla, torturaron, violaron, asesinaron y arrojaron al pozo del cortijillo un día de agosto de hace 81 años. 

La imagen de sus captores volviendo en camión al pueblo, paseándose con las bragas y los sujetadores de las muchachas en la punta de los machetes de los fusiles y sus comentarios jactándose de que “¡Esta noche hemos tenido carne fresca!” marcaron en voz baja la memoria de varias generaciones. 

Ahora, ocho décadas después el fin de la trágica historia parece estar más cerca: la próxima semana comenzará la búsqueda de sus huesos. 

Eran sirvientas, costureras y jornaleras que se habían distinguido por simpatizar con los partidos de izquierda y participar en las movilizaciones sociales de los años de la República. Su delito fue bordar una bandera republicana, participar en la manifestación del 1º de Mayo o en una fiesta por la victoria en las elecciones del Frente Popular, ser novia de un rojo o secundar una huelga de criadas en las casas de los terratenientes que habían dejado ese año sin labrar fincas tras el ascenso al poder de la izquierda. 

Se llamaban María Jesús Caro González (18 años), Coral García Lora (16), su hermana Josefa García Lora (18), María León Becerril (22) y Joaquina Lora Muñoz (18), las cinco solteras.

Las autoridades anotaron posteriormente en diciembre de 1937 que habían muerto a consecuencia de la “guerra” el 27 de agosto de 1936. Puede que no fueran las únicas violadas y asesinadas en El Aguaúcho, porque días antes –inscribieron a posteriori sus muertes como ocurridas el 17 de agosto– se habían llevado a otras cuatro mujeres también jóvenes: María Caro Caro (35 años), Dolores García Lora (de 25, hermana mayor de Coral y Josefa, del grupo de las ‘cinco’), Josefa González Miranda (que iba a cumplir 18) y Manuela Moreno Ayora (40). Una hipótesis es que todas formaran parte del grupo del Aguaúcho."                   (Eduardo del Campo  , El Español, 09/09/17)

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