27/1/10

Primo Levi




"Katowice, 6 junio de 1945

Bianca queridísima, por fin se me presenta una ocasión de comunicarme con Italia con alguna garantía de que llegue a su destino. [...] Como los pocos compañeros italianos supervivientes, estoy vivo de milagro. En el momento en que los alemanes dejaron la Alta Silesia, estaba convaleciente en el hospital de Monowitz con otros 800 enfermos; parece que los alemanes habían dado orden de matarnos [...], y quizá no tuvieron tiempo.

Conseguí quitarme el hambre de la mejor manera durante diez días, librándome de un tremendo bombardeo, y luego el 27 de enero llegaron los rusos. Después de bastantes peregrinajes, he acabado aquí, en un campo que llaman 'de espera'. Efectivamente, todos los extranjeros que han estado aquí han sido repartidos a sus respectivas patrias, solo los italianos esperan todavía. De los que vinieron conmigo de Fossoli quedamos ahora aquí seis.

De los inútiles para el trabajo (mujeres, viejos, niños) no tenemos más que escasísimas noticias, resulta por desgracia cierto que Vanda Maestro está muerta. Luciana Nissim salió en septiembre hacia Breslavia: quizá se ha salvado. De los 95 que estábamos en el campo de Monowitz, 75 murieron allí de hambre o de enfermedad; 14 fueron deportados por alemanes en fuga (entre ellos Alberto della Volta de Brescia, Franco Sacerdoti de Turín, el ing. Aldo Levi de Milán, Eugenio Gluecksmann de Milán). De ellos no hay noticias ciertas, pero corren voces muy preocupantes sobre su suerte. Quedamos nosotros seis". (El País, ed. Galicia, 26/01/2010)

"El 6 de junio de 1945 escribió desde Katowice una carta a Bianca Guidetti Serra, cercana al Partido Comunista y fundadora en Turín de los "Grupos de defensa de la mujer y para la asistencia a los combatientes de la libertad". La carta, guardada en el Archivo Terracini de Turín, ha sido rescatada por Chiappano porque explica la profundidad de aquella amistad. Se publica ahora completa por primera vez.

Levi cuenta su historia ("Como los pocos compañeros italianos supervivientes, estoy vivo de milagro") y sobre todo da y pide noticias sobre la suerte de sus compañeros. También tiene tiempo para hablar del futuro y de las reparaciones debidas: "Llevaré (espero) a Italia el número de matrícula tatuado en el brazo izquierdo, certificado de infamia no para nosotros, sino para aquellos que ahora comienzan a expiar". (El País, ed. Galicia, 26/01/2010, p. 39)

No hay comentarios: